¿Son malos los créditos a tasas variables?
Recientemente se ha hablado de los créditos a tasas variables y eso lo deja a uno pensando: si son tan malos, entonces, ¿para qué existen? Aunque la respuesta más popular puede que sea para fregarse al cliente, esto no es correcto. Voy a hablar de 2 casos, las UDIS y la deuda a tasa real, ambos casos de tasas variables.
UDIS
UDIS es el acrónimo de Unidades de Inversión. Estas unidades tienen su equivalencia en pesos y se calculan 2 veces al mes para usarse diariamente. ¿Cómo? Va de la mano con la tasa de inflación.
Esto es lo que dice su ley concretamente:
“La variación porcentual (en lo sucesivo cuando se diga variación debe entenderse porcentual) del valor de la UDI del 10 al 25 de cada mes será igual a la variación del Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en la segunda quincena del mes inmediato anterior. La variación del valor de la UDI del 25 de un mes al 10 del mes inmediato siguiente será igual a la variación del INPC en la primera quincena del mes referido en primer término.”
A ver, échamela despacio:
El valor de la UDI depende directamente de la inflación del mes vigente (para la segunda quincena) y del mes anterior (para la primera quincena).
¿Por qué le echan tierra a las pobrecitas UDIs?
Porque si la inflación se dispara, las UDIs harán lo mismo. Si tú tienes un crédito en UDI’s, probablemente estés pagando más cada año. La UDI vale hoy $4.589736 pesos. ¿Cuánto valía en hace 17 años (cuando se creó esta opción)? $1.003840.
Gran diferencia si me preguntan. Pero esperen, no todo es malo. Las UDIs son útiles cuando se esperan periodos de inflación estables o incluso deflación. Entiendo que es difícil predecir este tipo de movimientos macroeconómicos, pero en este caso son útiles porque la deuda sale más barata. Puede que no te convenza hacerla de adivino, entonces pasemos a la deuda en tasa real.
Deuda o créditos en tasa real
Existen otro tipo de tasas variables, que son más benéficas en tiempos difíciles. Cuando usamos una tasa real, se descuenta la inflación de la tasa de interés que pagamos en nuestro crédito. La fórmula es sencilla: Tasa de interés – inflación.
¿Cómo me ayuda la tasa variable? ¿Qué no son peores que la carne de puerco?
Como en todo: depende, sobretodo de cómo la uses.
Usándola a tu favor en tiempos de inflación alta, cómo ya sucedió en la crisis del ’95, cuando algunos créditos fueron convertidos a esta tasa para ayudar a los deudores. Veamos 2 casos: Tasa real de 2.5% , esto quiere decir que la diferencia entre la tasa de interés y la inflación es 2.5%. ¿Qué pasa si la inflación sube? Mi tasa real baja, y por consiguiente, yo pago menos J
Por cierto, para periodos de tiempos muy largos, y el caso de una hipoteca, recomiendo o tasa real o fija. Las UDIs para periodos cortos en los que es más fácil predecir la inflación (o haya una estimación disponible, como cada principio de año)
Por consiguiente, las tasas variables no son del todo malas, pero conviene fijarse bien los términos del contrato y aprender a utilizarlas a nuestro favor. Recuerda siempre preguntar y preguntar hasta que no te quede una sola duda. Si no estás content, no tienes por qué firmar. Recuerda: el que paga manda, y no, no te están hacienda el favor prestándote dinero (¡te cobran intereses!)
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