Existe una frase muy arraigada dentro de nuestra cultura que menciona que como buenos mexicanos, dejamos todo al último. Ayer, mientras la sub-17 se coronaba campeón del mundo en fútbol, volvimos a darnos cuenta: el segundo gol cayó hasta el tiempo de compensación y fue hasta entonces que dejamos el nerviosismo atrás. Sin embargo, queda una gran lección de estos chicos: lo que se deja al último debe ser lo negativo. Durante todo el partido vimos entrega, garra y coraje, además de talento y dedicación.
Más allá de los goles, estos chicos no perdieron de vista el objetivo, dieron todo en la cancha. Lo que se quedó al último fue el miedo y la mentalidad de que no se le puede pelear a quien sea en busca de nuestros objetivos.
Esto creo es la diferencia en la famosa frase de que el mexicano deja todo al último. En esta frase hace gala de que hacemos todo al ahí se va, con el mínimo esfuerzo y a las carreras. Incluso como presumiéndolo, decimos que dejamos todo al último como si trazarnos objetivos de tiempo y espacio fuera imposible para este país. Y lo vemos en el trabajo, en las escuelas, en la política, por un momento, todo parece hacerse al último, porque creemos pertenecer a esa cultura.
Trayéndolo a las finanzas personales, ¿No será posible hacer lo que hicieron estos chavos? ¿Qué tal planear a dónde quieres llegar en 1, 2, 5 años? ¿O apoco crees que estos chavos lo hicieron todo en 1 mes? Este campeonato no es sino el esfuerzo que realizaron día a día, dejando atrás fantasmas y viejas mentalidades. Estoy seguro, que también tuvieron sus decepciones y sus sacrificios, sin embargo, aquí están alzando una copa del mundo a sus 17 años.
A veces, nos quejamos de la falta de dinero y/u organización en nuestras vidas. Pero, ¿qué tanto estamos dispuestos a hacer para mejorar?
Creo en la importancia del soñar y trazarse grandes metas. Existen testimonios y pruebas que a veces nos parecen muy lejanas, sin embargo, lo que ayer pasó debe ser un gran ejemplo de que las cosas SUCEDEN. Pensándolo bien, como BUEN mexicano sólo algo debe dejarse al último en nuestras vidas: la apatía.
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