Seth Klarman Y La Sabiduría De Su Carta Anual 2015

Seth Klarman es uno de los value investors más conocidos y sin embargo, es también uno de los más celosos de su privacidad. Por eso, encontrar el texto íntegro de alguna de las cartas anuales de Baupost, la firma de inversiones que maneja, es todo un hallazgo. Fiel a su estilo honesto, directo e inteligente, la carta a los inversionistas de Baupost para 2015 contiene varias perlas de sabiduría que vale la pena comentar.

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“Los value investors deben de ser fuertes y resistentes, como también deben poseer una mentalidad independiente y algunas veces contraria. Tú no te conviertes en un value investor por los abrazos grupales. Al contrario de otros campos de trabajo, al invertir puedes hacer lo mismo que ayer pero alcanzar resultados completamente diferentes. En el largo plazo, el análisis que realizas debe de sobreponerse a las fuerzas del mercado; los fundamentales terminan por importar. Pero en el corto plazo, los mercados pueden triunfar sobre el esfuerzo y las ideas. Los mercados se pueden mover en ciclos impredecibles, con los inversionistas yendo en estampida de un lado a otro. Los negocios rápidamente se ven favorecidos o desfavorecidos, y el mismo negocio puede ser valuado por el mercado de una manera muy diferente en cuestión de días, algunas veces con base en nuevos hechos, pero frecuentemente debido a las mercuriales percepciones de los inversionistas o simplemente los flujos de dinero.”

Este punto habla sobre la actitud y mentalidad un tanto solitaria que debe de poseer un value investor. Algo de lo que menciona Klarman es  la habilidad que un inversionista debe de tener para balancear la arrogancia (recordemos que el invertir es un juego de suma cero, donde la ganancia del comprador es la pérdida del vendedor y viceversa) y la humildad, para recordar que podemos estar equivocados y cambiar nuestro punto de vista conforme se actualice la información disponible. También habla de la independencia que debemos tener del mercado, ya que el valor intrínseco de los negocios se ajusta con los flujos de efectivo y las estrategias, no con la percepción de los inversionistas, que es lo que sucede con las acciones.

“Mientras que el value investing ha demostrado ser una estrategia para el éxito de largo plazo en las inversiones, no se reparte como un mapa del tesoro. Más bien, el enfoque de valor te enseña cómo hacer tu propio mapa. E incluso en ese momento, el mapa no te dice exactamente dónde cavar por el tesoro: sólo apunta en la dirección correcta.”

El value investing es una filosofía, no un set de reglas a seguir. Esto es un punto vital, ya que como dice Buffett, toda inversión inteligente es value investing. Esto quiere decir que no importa si yo compro activos por debajo de su valor de liquidación, tomando en cuenta sus ventajas competitivas, o un crecimiento acelerado (growth stocks), lo que realmente importa es comprar un activo por debajo de su valor intrínseco, a tal descuento (margen de seguridad) que incluso en un escenario adverso tenga altas probabilidades de 1) perder muy poco dinero y 2) obtener una tasa de rendimiento aceptable.

El value investing no es tan cuantitativo como parece, es más bien una mentalidad que cada uno de nosotros debemos ir puliendo y sobretodo, adaptando a nuestra propio círculo de competencia.

“El error que algunos inversionistas cometen es el aceptar el veredicto inmediato del mercado como hecho y no como opinión, y se sienten decepcionados, inclusive frustrados. Para los profesionales de las inversiones, el miedo a unos resultados pobres puede convertirse en miedo de perder el trabajo. El riesgo de carrera juega un rol en su última, y generalmente inoportuna, capitulación; incluso los que les gustaría ser pacientes llegan a preocuparse de que su empleador o cliente no lleguen a compartir su resolución.”

En cuanto tomamos la decisión de comprar un activo, pensamos en que su precio debe de subir de forma inmediata o de bajar, en caso de haber vendido. Como seres humanos, esperamos una retroalimentación instantánea del mercado, olvidándonos de que el mercado está sujeto a sesgos emocionales que distorsionan los precios, alejándolos del valor intrínseco de los negocios por periodos de tiempo que pueden ser largos.

“Cuando el mercado, en la ausencia de novedades corporativas adversas, lleva a un activo hacia abajo en precio para convertirse en todavía una mejor oferta, esa no es razón para entrar en pánico o incluso un poco de preocupación, más bien es un motivo de emoción al prospecto de añadir a lo que es ya una muy buena compra. Cuando estén tentados a vender en una caída, los inversionistas no deben de pensar solo en lo que obtendrían (terminar con el dolor que representa la certeza del cash), pero también en lo que estarían dando a cambio (un activo significativamente subvaluado que, emociones aparte, podría ser una mejor compra que una venta a los precios actuales). Es por esto que el incansable análisis y la debida diligencia y el análisis fundamental son tan importantes. Nos dan la confianza justificable para mantener nuestra postura – mantenernos o comprar más – incluso en los peores días del mercado.”

Este es un tema bastante común: ¿qué hago si el precio del activo que compré continúa bajando? Lo importante es: no aferrarse a la tesis de inversión y re-evaluar la situación con la cabeza fría. En caso de que los números hagan sentido, y el activo esté aún más subvaluado, lo más racional es comprar más, como cuando nos encontramos una oferta al salir de compras. Sin embargo, también es importante (como mencionamos anteriormente), tener la humildad de reconocer que pudimos haber cometido un error y limitar las pérdidas.

“La disciplina no es algo que un inversionista deba prender y apagar. No tiene sentido ser disciplinado la mayor parte del tiempo, sólo para tirar los frutos ganados en un débil, distraído, o codicioso momento. Y no existe tal cosa como ser casi disciplinado – incluso un momento de debilidad puede invitar a los lobos, y también puede mandar un mensaje. Si tu esperas que los miembros de un equipo sean disciplinados, entonces bajar la guardia por ocasiones es confuso, y después desmoraliza, porque los resultados de la previa disciplina se desperdician. Si la toma excesiva de riesgos se recompensa inclusive una vez, pronto no habrá ni un ápice de disciplina.”

El rigor mental y emocional que debemos tener como value investors debe de ser continuo. Como menciona Klarman, los resultados de un día a otro pueden variar, pero en el largo plazo, nada asegura rendimientos aceptables como lo hacen la filosofía correcta y la disciplina.

Seth Klarman es sin duda uno de los inversionistas más exitosos de los últimos años (Baupost lleva ya 33 años de historia) y uno de los que más nos invita a reflexionar sobre nuestra propia filosofía.

 

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