El panorama global y local según el Banco de México

La información más reciente acerca de la actividad económica en Estados Unidos muestra que su crecimiento ha sido débil durante prácticamente todo 2011 y que se mantienen los problemas estructurales de desempleo, sobreendeudamiento de los hogares y del mercado de vivienda.

Lo anterior llevó a que las expectativas de crecimiento para 2011 y 2012 se revisaran sustancialmente a la baja. Esta perspectiva se ve reforzada por el inminente retiro del estímulo fiscal, más aún después de la reducción en la calificación a su deuda soberana por una agencia calificadora y de las dificultades para lograr un aumento en el techo de endeudamiento.

Ante este escenario, la Reserva Federal anunció que mantendrá condiciones de gran lasitud monetaria cuando menos hasta mediados de 2013. Por otro lado, la crisis de deuda soberana en Europa se recrudeció, ante las dificultades de refinanciamiento que han enfrentado Italia y España, que se suman a los problemas de Grecia, Portugal e Irlanda. Ante esta circunstancia, los Jefes de Estado de la zona del euro anunciaron, entre otras medidas, el otorgamiento de mayores facultades al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, estas medidas han sido recibidas con escepticismo en los mercados. Ante esta situación el Banco Central Europeo inició la compra de deuda soberana de Italia y España e interrumpió el retiro del estímulo monetario. Estas dificultades se han visto reflejadas en una desaceleración de la actividad económica en Europa y en un deterioro de los pronósticos de crecimiento. La perspectiva de menor crecimiento en los países avanzados ha facilitado que la reducción de los precios de las materias primas continúe, por lo que se espera que la inflación en dichas economías comience a disminuir.

En las economías emergentes se ha moderado el vigoroso ritmo de crecimiento. No obstante, en algunos casos persisten condiciones de sobrecalentamiento, ante lo cual algunos bancos centrales han retirado parte del fuerte estímulo monetario que habían introducido. Sin embargo, en otros países dicho proceso se ha pospuesto. Así, el balance de riesgos para el crecimiento mundial continuó deteriorándose, mientras que el de inflación mostró una ligera mejoría.

En México, la actividad productiva sigue con una tendencia positiva pero su ritmo de crecimiento ha perdido cierto dinamismo. Algunos componentes del gasto interno se han desacelerado moderadamente, si bien las exportaciones permanecen vigorosas. Las perspectivas de crecimiento se han revisado a la baja, en buena medida en respuesta a la desaceleración de la economía de Estados Unidos. Esta situación confirma que la brecha del producto se cerrará a una velocidad menor a la prevista, en un contexto en el que diversos indicadores del mercado laboral y crediticio, así como el reducido déficit en cuenta corriente, siguen mostrando holgura. Por lo anterior, no se esperan presiones generalizadas sobre los precios en la economía.

La inflación general anual y la subyacente han mantenido una evolución favorable. En particular, las variaciones del subíndice subyacente de servicios, que es el que mejor refleja los factores domésticos que afectan a la inflación, se encuentran en tasas históricamente bajas, a pesar de su reticencia a disminuir mostrada en años pasados.

Se espera que durante 2011 y 2012 las inflaciones general y subyacente continúen dentro de la trayectoria publicada en el último Informe sobre la Inflación. Los niveles actuales de inflación son consecuencia de varios factores: la tendencia descendente de los costos unitarios de la mano de obra, el desvanecimiento del impacto de los cambios tributarios del año pasado, la evolución del tipo de cambio (a pesar del reciente episodio de volatilidad en los mercados financieros internacionales) y una reducción importante en los precios agropecuarios. Hacia adelante es previsible que varios de estos factores sigan reflejándose en el comportamiento de la inflación, aunque prevalece el riesgo de turbulencia en los mercados financieros internacionales que genere volatilidad excesiva en el mercado cambiario y que algunos precios agropecuarios repunten.

Los mercados financieros nacionales reflejaron la volatilidad internacional, aunque los ajustes de las tasas de interés y del tipo de cambio han sido ordenados y en condiciones de liquidez adecuadas. Las tasas de interés en Mexico para prácticamente todos los plazos disminuyeron, al grado que las de Cetes a plazos de hasta un año se ubican por debajo de la tasa de referencia del Banco de México. Esto refleja la significante reducción de las tasas de interés en Estados Unidos, junto con el hecho de que la evolución de la inflación y sus expectativas han sido favorables y que se anticipa un menor dinamismo de la economía mexicana. El Banco de México considera que la postura actual de la política monetaria es conducente a alcanzar el objetivo permanente de inflación del 3 por ciento. Sin embargo, en caso de que el desempeño de la economía nacional y de los mercados financieros internacionales resultara en un endurecimiento innecesario de la política monetaria, la Junta de Gobierno reflexionará acerca de la conveniencia de ajustarla.

La Junta de Gobierno ha decidido mantener sin cambio el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día. Empero, vigilará el comportamiento de todos los determinantes de la inflación que pudieran alertar acerca de variaciones generalizadas sobre los precios. En todo caso, la Junta de Gobierno ajustará oportunamente la postura monetaria procurando en todo momento la convergencia de la inflación a su objetivo permanente de 3 por ciento.

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