El comportamiento de todos como inversionistas nunca ha sido racional. Todos desbordamos optimismo y aceptamos precios altos cuando las cosas van bien. Cuando el péndulo cambia de lado, somos demasiado negativos, y no queremos ni tocar la cartera. Pero ciertamente, existe algo que guía al ser humano: el deseo de ganar más y más cada vez. La denominada codicia, nos va guiando en cada aspecto de nuestra vida. Siempre queremos más: dinero, rendimiento, estudios, lujos. Es ese sentimiento el que, una vez que ganamos, nos hace pensar que podemos volver a hacerlo, y hacerlo mejor. Y cuando perdemos, pensamos que podemos recuperarnos y volver a la cima.
Como se verá, algunos inversionistas no difieren de los ludópatas, aquellos adictos al juego. ¿Cuánto te cuesta recuperarte? Suponiendo que inviertes $1,000 y pierdes el 10%, ganar de nuevo el 10% NO te devolverá tus $1,000 originales. ¿Cómo?
Muy simple:
1000 – 10% = 900
900 + 10% = 990; que no es lo mismo que 1000
Siguiendo esta razón, se demuestra que el verdadero costo de una pérdida se encuentra en lo que SE NECESITA para volver al nivel original:
Por eso, tristemente, algunas inversiones (Apostar no es invertir, aunque algunas personas lo creen así) ocasionan que las personas se arriesguen tanto por recuperarse que literalmente “se queman”. Por eso, antes de invertir es necesario establecer una estrategia que te responda no en el corto, sino en el mediano y largo plazo, donde hay menos probabilidades de esas caídas abruptas. Recuerda que NO hay atajos hacia la riqueza.
Te dejo esta frase: “Nunca arriesgues lo que tienes y necesitas por aquello que no tienes y no necesitas.”
Leave a Reply