Uno de los principales problemas en las finanzas personales es seguir en la zona de confort. Pensar que “no estamos tan mal” minimiza el potencial de desarrollo que existe en nuestras finanzas. Por eso, aunque duela, aquí van algunas verdades financieras que sirven como una gran motivación.
- Mientras menos te preocupes por arreglar tu situación financiera, más felices son tus acreedores: Bastante sencillo, mientras menos sepas cuánto debes, cuándo y cómo pagar, las personas más contentas (cobrándote intereses) son las personas a las que les debes. Esto nos remite al siguiente punto.
- El único responsable de tu situación financiera eres tu: Recuerda que la disciplina y el ahorro no tienen nada que ver con el ingreso. Famosos han quedado en bancarrota por no saber administrar su milloniza. Personas que empezaron con un pequeño ingreso fueron creando una fortuna. ¿El ingreso es lo más importante? No, lo importante es cómo lo administras.
- El tiempo se hace: Decir que no hay tiempo para planear, presupuestar o tan siquiera sentarte a ver cómo repartes tu dinero es una gran mentira. ¿Eres alguien sumamente ocupado? Eso significa que te hace falta incluir a la persona más importante en tu agenda: tú.
- “El gobierno me va a cuidar”. El sistema de pensiones de nuestro, y de otros países está destinado a la quiebra. Es insostenible. No esperes que el gobierno te pague en el retiro porque no lo hará, mejor ahorra. Si puedes desde hoy, mejor.
- “Yo de números no sé”: ¿Y entonces cómo pasaste secundaria? Porque eso significa que conoces lo que más se utiliza en las finanzas: suma, resta, multiplicación y división. Lo que tienes se le conoce de diferente forma, pero no te preocupes, tu banquero y tu contador están dispuestos a hacerlo por ti por un módico costo. (¿Y cómo les vas a pedir cuentas si la verdad a ti “eso no se te da”?)
- Date el tiempo de conocerte: ¿Cómo piensas del dinero? ¿Qué te enseñaron cuando eras pequeño? ¿Vives más allá de tus posibilidades? Todo esto tiene una razón, recuerda que el humano no es completamente racional, y por ende, nuestras acciones también dependen de emociones. ¿Qué emociones te guían al gastar tu dinero?
- “Ya me cobraron, ya qué le hago”: a veces por desconocimiento, pasamos por alto muchas cosas. Tasas de interés altas, métodos de cobranza de miedo, malos tratos, pésimo servicio. ¿Y luego? ¿No estás pagando? No te quedes callado cuando algo no cuadre, te disguste o te moleste. Recuerda que eres el Rey, tienes el dinero y por algo le llaman “Servicios financieros”. El que paga manda.
- Nadie me asesora: Todos tenemos puntos de vista válidos, y todos conocemos a alguien a quien la relación con el dinero parece dársele de forma natural. Pregunta, infórmate, busca en internet. Estamos en la era de la información que inunda, en audio, video y posts. El internet es una herramienta poderosa, utilízala a tu favor.
- “Yo nunca seré rico”: La única limitante la pones tu mismo. La riqueza no debe ser comparable, la riqueza es personal, es aquella que te permite ser y hacer lo que más quieres. No te midas con la vara de los demás, mídete con la tuya, pero sé honesto y busca siempre mejorar. Al final, vivir aparentando solo compra tiempo y desgasta. Busca ser una mejor versión de ti mismo, y serás feliz. Recuerda que el plan más efectivo es el que a ti te funciona, no sigas a la manada.
Leave a Reply