Cuando evaluamos nuestras decisiones casi siempre las catalogamos como buenas o malas dependiendo del resultado obtenido de ellas. Sin embargo, ¿es esto lo más importante? Cuando hay incertidumbre de por medio (que es casi siempre), lo más importante es el proceso.
En un mundo ideal, tomamos decisiones con información completa y con una visión clara hacia el futuro. En el mundo en el que vivimos, sin embargo, raramente tenemos una percepción clara del abanico de resultados probables, lo que dificulta la toma de decisiones. Al lidiar con la incertidumbre de lo que pase en el futuro, es muy importante enfocarse en el proceso y no en el resultado de la decisión.
Un ejemplo bastante claro, y que fue comentado por The Economist en este artículo, es el resultado de la decisión de los Seahawks de Seattle de lanzar la pelota en lugar de correrla, a 5 yardas y con 40 segundos en el reloj en el pasado SuperBowl. Aunado esto, es importante recordar que los Seahawks contaban con el mejor corredor de la liga. ¿Qué sucedió? El entrenador de Seattle decidió que lo mejor era un pase que terminó siendo interceptado, dándole el triunfo a Nueva Inglaterra.
Veamos algunos de los hechos, para tratar de entender el por qué de la decisión de pasar y no correr la pelota:
- En situaciones de 10 yardas o menos para anotar, Seattle tenía un promedio de éxito de 81% contra el 65% del resto de la liga
- La defensa de los Patriotas estaba esperando que Seattle corriera el balón, colocando a 8 jugadores en la línea, dejando solo a 3 defensores para cubrir a los posibles receptores de un pase
- Durante esa temporada y en ese tipo de pases, la tasa de intercepción del quarterback de los Seahawks fue de 2.2% solamente
Pensando en estos datos, es claro que la decisión del entrenador de Seattle de correr la pelota se originó porque la defensa de Patriotas ya esperaba una jugada con esas características y la probabilidad de una intercepción era mínima. Lo que dice The Economist es muy útil para entender que esta decisión estaba bien fundamentada:
“Si el pase hubiera sido completo, Mr Carroll (el entrenador de Seattle), hubiera sido el héroe del pueblo, elogiado por pensar fuera de lo convencional, y ser lo suficientemente atrevido para ordenar un pase cuando todos esperaban que el equipo corriera. Y si la decisión hubiera terminado en un pase incompleto, también habría servido su propósito, al establecer el pase como un riesgo latente e incrementar las probabilidades de que Mr Lynch (el famoso corredor) llegara al touchdown en una jugada subsecuente (Al haber menos jugadores defendiendo la línea). La única razón por la cuál el entrenador está siendo castigado es porque la jugada terminó en una muy improbable intercepción.”
Una buena decisión, por ende, es aquella que considera el abanico completo de posibilidades, reúne la mayor cantidad de información disponible y plantea escenarios para situarnos con la mayor ventaja posible ante lo que suceda. Después, sucederá lo que tenga que suceder, pero por ponerlo de alguna manera, las velas estarán izadas de forma correcta para cuando el viento sople.
Categorizar nuestra decisión como buena o mala por el resultado minimiza lo más importante, que es el proceso. El éxito en el corto plazo es indistinguible de la suerte, sin embargo, para obtenerlo en el largo plazo y tener consistencia, que es en mi opinión lo que separa a los buenos de cualquier campo de los mejores, se necesita de buenos y repetidos procesos.
Bien dicen que el éxito es simplemente la sucesión de pequeños triunfos y factores alineados. A través de procesos estructurados y bien pensados, no solo ahorramos tiempo en la ejecución, sino vamos asegurando pequeñas victorias que cada vez alejan al resultado de la suerte y van mostrando el valor de las habilidades.
¿Tú qué opinas?
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