Lee Kuan Yew (LKY), quien fungió como Primer Ministro de Singapur de 1959 a 1990, fue uno de los principales actores en la transición de tercer a primer mundo de este pequeño país. En su autobiografía, LKY nos da un repaso de los retos, impresiones y sucesos de su gestión. Es un libro que recomiendo mucho. Por la parte final del libro, hay una frase de LKY que vale la pena compartir, porque aplica para cualquier área de nuestras vidas.
“Aprendimos sobre la marcha y aprendimos rápidamente. Si existió una fórmula para nuestro éxito, fue que estudiábamos constantemente el cómo hacer que las cosas funcionaran, o cómo hacer que funcionaran mejor. Nunca fui prisionero de ninguna teoría. Lo que me guió fue la razón y la realidad. La prueba del ácido que apliqué a cada teoría o esquema fue: ¿esto podría funcionar? Este fue el hilo dorado que corría en mis años en el cargo. Si algo no funcionaba, o los resultados eran pobres, no perdía más tiempo y recursos en ello. Y casi nunca cometí mismo error dos veces, y me esforcé en aprender de los errores que otros habían hecho. Descubrí temprano en el cargo que había pocos problemas confrontándome en el gobierno que otros gobiernos no habían encontrado y resuelto. Así que me hice la práctica de averiguar quién más se había encontrado con el problema que teníamos enfrente, cómo lo habían resuelto, y qué tan exitosos habían sido. Ya sea que fuese construir un nuevo aeropuerto o cambiar los métodos de enseñanza, yo enviaba a un equipo de oficiales a visitar y estudiar a aquellas naciones en las que las cosas habían funcionado. Preferí subirme a los hombros de aquellos otros que ya habían recorrido el camino antes que nosotros.”
Me encantó la frase porque contiene mucha sabiduría, honestidad intelectual y humildad, por varias razones:
- Demuestra una insaciable voluntad de buscar la verdad (algo que menciona Ray Dalio en Principles), y también de una mejor manera de hacer las cosas. Como mencionan Munger y Buffett: las mejores personas son aquellas que son máquinas de aprender y que nunca cesan de incorporar más y mejores teorías a su forma de pensar. Para esto se necesita destruir y evolucionar ideas.
- La capacidad de aprender de los errores propios y corregir sobre la marcha. Esto demuestra humildad para reconocerlo y voluntad para corregir la actitud, algo que no es sencillo.
- Munger menciona que no hay como aprender de forma vicaria, es decir, de los errores de los demás. Esto nos ahorra dolor propio y nos da las mismas lecciones si estudiamos con atención.
- La voluntad de buscar a expertos y gente que domine lo que desconocemos, para ayudarnos a tomar una mejor decisión.
Algo como lo que mencionó Munger:
“La habilidad de destruir tus ideas rápidamente en lugar de hacerlo despacio cuando la ocasión es adecuada es una de las cosas más valiosas. Tienes que trabajar duro en ello. Pregúntate cuáles son los argumentos del lado contrario. Es malo tener una opinión de la cual estás orgulloso si no puedes mencionar los argumentos del otro lado mejor que tus oponentes. Esta es una gran disciplina mental.”
Y también el gran Isaac Newton:
“Si he logrado ver más allá es porque me he parado en los hombros de los gigantes.”
Lee Kuan Yew deja un excelente testimonio en su libro, y sobretodo una gran filosofía que podemos incorporar en nuestras vidas para obtener mejores resultados.
Leave a Reply