Todo comenzó platicando con un gran amigo discutiendo sobre el entorno global. Mi amigo invertía en una distribuidora de fondos y aunque esperó casi 2 años, acabó perdiendo casi 5,000 pesos entre comisiones, cuotas de salida y trámites. Algo frustrado, empezamos a platicar sobre en dónde invertir.
El planteamiento iba algo así: El mundo del dinero fíat tiene que reestructurarse de alguna manera. No hablo de una catástrofe, ni que el mundo se vaya a acabar, pero los países no pueden seguir manteniendo el valor de sus monedas por su (vieja y dañada) reputación. Hablo de potencias como Estados Unidos, Japón, Grecia, Italia, Francia.
Recuerdo una frase de Ben Graham: “El mercado se comporta en el corto plazo como una máquina de votos, pero en el largo plazo es una báscula.” En pocas palabras, mientras se siga con este ciclo, el mercado llegará (como siempre llega) a rendir cuentas, y las tasas de bonos empezarán a subir y entonces se pondrá interesante la situación.
Sin embargo, sin intención de asustar a mi amigo, le dije que como siempre, las oportunidades están ahí para el que las sabe identificar. No siempre vamos a contar con escenarios económicos favorables, pero se puede trabajar con lo que hay.
Para el inversionista que busca algo atractivo, veo 2 opciones claras además de comprar bonos.
1 – El mercado accionario
El mercado accionario no es para todos. Requiere de una combinación de temple, paciencia y confianza que no todos tienen. Mientras escribo el IPyC en México toca máximo histórico en 40,045 unidades. ¿Dará más de eso en el año? Eso no lo sabemos, pero pensar en 1,000 – 2,000 unidades más para diciembre es pecar de optimista, aunque nada despreciable.
2 – Los metales físicos
Lo voy a confesar, como financiero soy (¿o era?) escéptico a los metales. En la universidad poco tocamos el tema y siendo realistas, son pocos los analistas que los consideran. Pero un día, recordé que en una premiación hace 8 o 9 años nos dieron onzas de plata. Recuerdo que me burlaba porque valían 70 pesos. ¿Y eso de qué me sirve? Hoy andan en $435.
Entonces ya me entró la curiosidad en forma, busqué los precios históricos y encontré que en promedio anual, la plata gana en México el 64% y el oro 43%. Son activos muy volátiles, de eso no queda la menor duda, con volatilidades por encima de sus rendimientos.
Busqué en libros y me encontré con que protegen de forma eficiente contra la inflación, son bastante líquidos (se venden y compran fácil) y los puedes almacenar en tu casa y se aprecian mientras más se endeudan los gobiernos.
Como nada es de a gratis, te hago las mismas recomendaciones que a mi amigo:
- No esperes hacerte rico de la noche a la mañana (con ningún instrumento, pero con metales menos) Si vas a comprar, asegúrate de tenerlos por un buen tiempo: mínimo 3 o 5 años. La montaña rusa de precios está muy buena, asegúrate de tener la “estatura” correcta para subir.
- Compra de a poco, no hay que ser rancheros. Tampoco se trata de hipotecar la casa y comprar todo el oro y plata que puedas. Poco a poco, mes a mes, como parte de una estrategia completa de inversión, que incluya acciones, bonos y dinero físico (el famoso guardadito).
- Busca buenos distribuidores. En internet existen varios vendedores que compran y venden con un diferencial bárbaro. No aceptes esto, busca precios justos. Banco Azteca y Oro y Plata de México te pueden ayudar.
- Diversifica: Ya lo mencioné pero es importante: NO pongas todo tu dinero en una canasta. Estos activos son buenos refugios en tiempos de incertidumbre (como ahora) pero su riesgo y volatilidades te pueden marear y hasta asustar. Recuerda: prepárate para lo peor, espera lo mejor. Un 10 o 20% del total de un portafolio en metales me parece lo más sensato.
- ¿Es para ti? No por que a mi amigo y a mi, o al mejor analista del mundo le parezca una inversión correcta, significa que lo sea. Nada como preguntarte cuáles son TUS metas, y sobre ellas trabajar. Lo que te permita llegar a ellas, de manera cómoda, es el mejor camino.
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