En estos tiempos electorales en Latinoamérica, este texto escrito dentro de “El Cisne Negro” de Taleb (que se publicó por primera vez en 2007), me parece muy relevante; primero por su aplicación acertada y segundo por su permanencia a través del tiempo. En un solo argumento, Taleb reparte tanto a la academia como a nuestros fallos como sociedad en señalar algo que no hace sentido (algo que Cialdini llamaría authority bias).
Cualquiera puede ser Presidente
Y ahora una breve historia sobre el premio “Nobel” en economía, que fue establecido por el banco de Suiza en honor a Alfred Nobel, quien podría estar, de acuerdo a su familia que quiere la abolición del premio, revolcándose en su tumba del disgusto. Un miembro activista de la familia llama al premio un golpe de relaciones públicas organizado por economistas que intentan darle a la profesión más importancia de la que merece. Es cierto, el premio se lo han ganado brillantes pensadores, como el psicólogo empírico Daniel Kahneman y el economista y pensador Friedrich Hayek. Pero el comité ha adquirido el hábito de regalar premios Nobel a aquellos que “traen rigor” al proceso de la pseudo-ciencia y las matemáticas fraudulentas. Después de la caída del mercado, recompensaron a dos teóricos, Harry Markowitz y William Sharpe, quienes construyeron hermosos modelos Platónicos con una base Gaussiana, contribuyendo a lo que hoy llamamos Teoría de Portafolio Moderna. Sencillamente, si removemos sus supuestos Gaussianos y tratamos los precios como algo escalable, nos quedamos con aire caliente. El comité pudo haber probado los modelos de Sharpe y Markowitz (trabajan como remedios caseros vendidos en el internet), pero nadie en Estocolmo parece haber pensado en ello. Tampoco el comité vino con nosotros los practicantes a preguntarnos nuestras opiniones; en cambio prefirió prefirió basarse en un proceso académico de veto que, en algunas disciplinas, podría ser corrupto hasta la médula. Después de ese premio hice una predicción: “En un mundo en donde estos dos ganaron el Nobel, todo puede pasar. Cualquier puede convertirse en Presidente.”
Hablemos de finanzas: 
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